lunes, 18 de mayo de 2009

Chau número tres

Este fue un correo que escribí al enterarme de su muerte, y el que presiona la primera tecla para este blog:


Benedetti, Mario o Don Mario


Tres maneras con las que lo he llamado tantas veces y las mismas ha acudido con sus palabras tantas veces re leídas.

Queda trunca mi esperanza de conocerlo, de estrecharle la mano y hacerle saber que todavía somos muchos porfiados los que como él, tenemos esperanzas pero que nos amargamos y blasfemamos lindo cada rato.

La ironía, el humor y la sencillez que comunicó en sus escritos quedan grabados y son repetidos por varias generaciones. Mi caso es uno de ellos, pues a través de sus poemas primero y sus novelas después, abrimos incontables caminos de comunicación con mi madre. Gracias a ella pude agarrar uno tras otro los libros que encontré en su biblioteca, incluso llegue a leer por error a un Antonio di Benedetto, pero eso es ya otra historia.

De la poesía y la novela luego por el cuento, que es donde me regocijé por mucho tiempo y finalmente artículos y sus perplejidades finamente ácidas y directas. Pude conocer, mediante su palabra, ese Uruguay que me ha sido esquivo. Concluir y coincidir conversaciones con y en sus poemas fue algo cotidiano, haber tenido largas épocas en las que transcribía uno a uno sus poemas para enviarlos por correo electrónico, fue mucho más que una afición.

Por él llego a varios otros, entre consagrados por sus artes o amigos que quedaron marcados por un lugar definido en mi historia.

Hoy, cerrando círculos, fue precisamente mi madre la que me dio la noticia, que ya venía prevenida pues fui yo el que le anunció que una vez más Mario había sido internado. Así a lo lejos, donde menos sospechaba nuestro querido amigo escritor, contaba con un pequeño apoyo y recibía deseos para su mejora.

Me vienen muchas ideas para recordarlo, para honrarlo; entre ellas publicar en algún sitio un poema diario, que quizás sea la más seria y próxima, pero me queda una íntima, tratar de copiar lo vivido con mis hijos, verlos emocionarse con sus palabras o reírse con las ocurrencias de sus cuentos y quizás, aspirar a que ellos compartan la vena por un mundo mejor; lucha que tan bien asumió este querido amigo. Chau Don Mario, pero solo un Chau número 3.



Chau número 3

(Poemas de otros - 1974)
Canciones de amor y desamor


Te dejo con tu vida
tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus atardeceres

sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro

te dejo frente al mar
descifrándote a solas
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota

te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
sin mi veteranía

pero tampoco te creas
a pie juntillas todo
no creas nunca creas este abandono

estaré donde menos lo esperes
por ejemplo en un árbol añoso
de oscuros cabeceos

estaré en un lejano
horizonte sin horas
en la huella del tacto
en tu sombra y mi sombra

estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen

y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.

4 comentarios:

CLARITsS dijo...

papeeeto!! ya se siente su ausencia no?, yo tb escribi algo en mi blog, no sabia como reaccionar, asi que tb puse Chau numero tres, creo q amerita!

Ergar dijo...

Si, y personalmente la voy a sentir por mucho tiempo.

Haciendo memoria, Don Mario estuvo presente en mis pasos por casi 20 años y pese a su ausencia eso no va a cambiar por otros tantos.

Anónimo dijo...

Llevo leyendo, escuchando y repasando este poema hace ya varios días. Por esa razón llegué a tu blog. Benedetti tuvo el toque preciso de esperanza y realidad, llenó el papel con hermosas palabras, vivencias y reflexiones, y por eso, siempre recurro a su tinta.

¡Qué hermoso que haya espacio para él en tu blog!

Saludos

Ergar dijo...

Gracias por tu comentario y por generar una nueva llamada de atención para continuar alimentando el blog. Hoy comencé con la tarea nuevamente.